Huertos familiares: una herramienta clave para la resiliencia en el corredor seco centroamericano

Huertos cerca de las viviendas

Los huertos familiares son espacios pequeños de cultivo que las familias utilizan para producir alimentos principalmente para su propio consumo. Estos huertos, ubicados cerca de las viviendas, permiten a las familias sembrar una variedad de vegetales, hierbas e incluso frutas, dependiendo del espacio disponible y las condiciones climáticas. Además, de proporcionar alimentos frescos y saludables, los huertos familiares sirven como una actividad educativa y recreativa para los miembros del hogar y, en algunos casos, pueden generar ingresos adicionales al vender parte de la producción a nivel local.  
En el marco de la fase II del Programa Global, se proporcionaron insumos vegetativos a los beneficiarios para que establecieran huertos de hortalizas de ciclo corto, con alta resistencia a la sequía, en sus patios. El objetivo principal de esta iniciativa fue aumentar la disponibilidad y calidad de los alimentos, especialmente en las familias más vulnerables del corredor seco centroamericano. Para mejorar la productividad de estos huertos y asegurar la diversificación de cultivos durante todo el año, se implementaron sistemas de riego por goteo, una tecnología que, además de garantizar una producción constante, permite un uso más eficiente del agua y reduce la erosión del suelo.

 

Las hortalizas sembradas por los beneficiarios incluyeron pepino, chile dulce, berenjena, tomate, rábano y calabacín (zucchini). Estos cultivos no solo lograron una buena cosecha, sino que también generaron ingresos adicionales para las familias al vender los productos en sus propias comunidades, fomentando así la economía local. Además, el acceso a alimentos frescos y nutritivos contribuye a una mejor alimentación y promueve estilos de vida saludables, fortaleciendo la seguridad alimentaria en la región. Los huertos familiares, al garantizar una fuente de alimentos esencial y disponible, juegan un papel clave en la nutrición y la resiliencia de las familias en el corredor seco.

Esta iniciativa refuerza la capacidad de adaptación de las comunidades más afectadas por el cambio climático, mejorando su autosuficiencia y reduciendo la vulnerabilidad frente a la sequía y otras adversidades climáticas. A través de la implementación de estas prácticas, se promueve un desarrollo sostenible que beneficia tanto a las familias como a su entorno.